Problema 532.- (Propuesto por Vicente Vicario García, I.E.S. El Sur,
Huelva)
Sea ABC
un triángulo con
y M el punto medio de AB.
Demostrar que existe un punto P del
segmento CM de modo que las
bisectrices interiores de los ángulos
y
se cortan en un punto Q
de CM.
Nota: El propósito de este problema de existencia surge al estudiar el
problema 57 del excelente libro CIEN
PROBLEMAS DE MATEMÁTICAS: Combinatoria,
Álgebra, Geometría; de D. F. Bellot Rosado y Mª.
Asunción López Chamorro, (Instituto de Ciencias de
Problema 57: “Sea ABC un
triángulo (
) con el ángulo
agudo dado, y M el punto medio de AB. Se elige el punto P
del segmento CM de modo que las bisectrices
de los ángulos
y
se corten en un punto Q
de CM. Hallar los ángulos
y
”.
(Olimpiada de Bulgaria, 1985; G. Ganchev)
En
la resolución de este problema 57, en dicho libro aparecen las soluciones correctas
, y
, pero está incompleto ya que no se demuestra previamente que
tal punto P exista. Por tanto,
básicamente, este es el objeto de nuestro problema.
Resolución: (Vicente Vicario García, I.E.S. El Sur, Huelva)
Para nuestra demostración de existencia, emplearemos algunas propiedades relativas a la continuidad de funciones reales de variable real, propiedades y teoremas geométricos elementales, y la notación habitual en la geometría del triángulo.
Consideremos
inicialmente que el punto P del
segmento CM coincide con el punto M. Sea x la longitud medida desde P
del segmento más cercano a dicho punto y que genera el corte de la bisectriz
interior del ángulo A con el segmento
CM (que obviamente es la mediana
que parte de C). En virtud del teorema de las
bisectrices interiores tenemos que
![]()
De forma análoga, sea y la longitud medida desde P del segmento más cercano a dicho punto y que genera ahora la bisectriz interior que parte del ángulo B con el segmento CM. De nuevo, utilizando el mismo teorema, tenemos que
![]()
y, en
consecuencia, es claro que si P
coincide con M, claramente tenemos
.
Situemos ahora P, precisamente en el baricentro G del triángulo dado. Denotando análogamente a x, y, pero medidos ahora a partir de G, y aplicando de nuevo el teorema de las bisectrices interiores, tenemos que


y, ahora
es claro que
, puesto que

donde la última desigualdad es, obviamente cierta, a partir de las hipótesis del problema y en la que se han empleado las conocidas fórmulas de Apolonio (que se pueden deducir fácilmente) para las longitudes de las medianas en función de los lados de un triángulo
![]()
Puesto que la desigualdad entre x e y cambia cuando P coincide con M o con el baricentro G, se deduce, a partir de la continuidad de las funciones de variable real que existe un punto intermedio entre estos dos puntos M y G en el que se produce el corte de las dos bisectrices interiores que daba por supuesto el problema ya comentado.